25 julio 2011

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Era su última oportunidad de echar un vistazo antes de que su padre entregara las llaves de aquella casa que la había visto nacer.

Cada espacio guardaba un secreto. Una historia. Comenzó por el que había sido su cuarto. Los claroscuros de la pared le recordaban cada póster que lo adornaba, cuando aún era una adolescente. Aquella ventana que la había llevado a soñar con mil cuentos. Cada lugar conservaba el aroma de su hogar a pesar del vacío. El patio donde estaba la hamaca. Su hamaca, aquella en la que depositaba su tristeza. Aquel rayo de sol que en primavera la llenaba de vida en el vai ven interminable.

Las altas persianas de madera barnizada, separaban los ambientes.

La calida cocina donde los aromas se entremezclaban, el pan recién horneado y el budín marmolado, la especialidad de su madre. Los recuerdos la invadían. Una vieja canción y un caballito que iba a Belén.

El living en el que tantas tardes estudiaba. Estudiaba y escribía. Escribía inspirada por aquél ventanal que la transportaba vaya a saber a que lugares. Todos aquellos ambientes se robaban un pedacito de alma. De vida felizmente vivida.

Ya no era su espacio.

Miraba todo por última vez. Intentaba recordarlo. Cada cosa en su lugar pero el eco de su voz la trajo a la realidad y volvió a sentir el vacío. Sí, a sentirlo. Aprendió que el vacío también se siente.

Ya no había más tiempo.

Cruzó aquel umbral, el mismo en el que solía sentarse todos los veranos a ver pasar los días.

Ya estaba afuera.

El auto en marcha.

La vida ya no iba a ser igual a la que conocía.

12 julio 2011

¿QUIÉN TE VA A LLORAR EL DÍA QUE TE MUERAS?


¿Quién te va a llorar el día que te mueras? Ser sin piedad. Egoísta, engreído.

Las flores se marchitan con tu andar y el cielo se nubla con tu mirada.

El día te teme, la noche te escapa.

La vida te tolera sólo por compasión.

Avaro, miserable, desalmado.

¿Quién te va a llorar el día que te mueras? Tu sonrisa falsa, tu modestia atrapada en un corazón que no existe.

Nadie te va a llorar el día que te mueras porque todos los que alguna vez te quisimos, fuimos lastimados por tus palabras, por tu rencor.

Vida sin vida. Alma sin sentimiento.

El gris tiñe tus sueños, aquellos que algún día supieron ser míos.

¿Quién te va a llorar el día que te mueras?

Siento pena en mi alma. Tristeza. Dolor.

Los muchos días que te quedan por vivir, serán en soledad. Y mientras lloro, la ausencia de aquel que se fue sin merecerlo, me pregunto ¿Quién te va a llorar el día que te mueras?

04 julio 2011

EN TUS SUEÑOS


Dormía. La vio tan hermosa, que aún no podía creer que esa había sido su primera noche juntos.

Dormía y él pensaba las mil y una maneras de decirle cuanto la amaba.

Acariciaba su espalda suavemente, apenas rozaba las yemas de sus dedos por aquel cuerpo de mujer.

Pensó en el futuro, en que podría vivir toda la vida a su lado.

Dormía. Y se enamoraba de ese insignificante sonido que hacía al respirar. Cuantas cosas faltaban por conocer juntos ¿cómo sería aquella mañana? Despertar abrazados.

Lloró. De alegría. De una felicidad inmensa.

No podía dejar de mirarla. Quería despertarla para decirle que la amaba.