20 agosto 2006

Esta vez voy a subir un cuento que escribi cuando tenia 16 años y termine mi primer libro "Sueños de adolescencia" .
Este cuento marco un momento de mi vida en el cual mi familia se queria mudar a un country en Pilar. Por suerte no nos mudamos esa vez y ahora que si nos mudamos ja ja ja, estoy muy contenta sobre todo porque estoy cerca de mi amiga Gis fiel lectora de mis publicaciones asi que este cuento se lo dedico a ella.
PD: Muchos besos a mi AMIGA Vero que se pone celosa sino ji ji ji.
LuluZiña

LA DESICIÓN ES TUYA

Nunca pensé estar contándoles esto desde España, es raro hace tres años atrás no me quería mudar de mi barrio y ahora estoy tan lejos de mi país pero aprendí que la felicidad no sabe de espacio o de tiempo, la felicidad tan solo viene un día golpea tu puerta y sin que le des permiso entra, así lo hizo conmigo, mejor les cuento desde el principio.

Corría 1999 cuando la decisión de mis padres de mudarse a Capital comenzaba a ser el centro de todas las charlas que teníamos, por supuesto, yo era la única que estaba en desacuerdo y no podía entender como mis hermanos se querían mudar también. En Bahía Blanca estaba la felicidad para mi, mi colegio, mis compañeros y aquel amigo al que nunca le dije que lo amaba. ¿Y qué era lo que la Capital me podía dar a mí?, allí la gente vive alocada y no le importa nada de lo que le pasa al prójimo, son muy egoístas; pero la decisión no era mía, sino de mis padres.

Ese año solo fueron proyectos, hasta que un día mi papa llegó del trabajo y dijo aquello que yo no hubiera querido escuchar nunca “ nos mudamos en tres meses” yo no lo podía creer, en tres meses tenia que hacer todo lo que no hice en 17 años, porque uno no espera irse de donde esta, así que hay cosas que uno no dice porque se confía “para que voy a decirle que es mi mejor amiga si ya lo sabe” y después uno se da cuenta que, ese que no dijo en el momento, lo debe decir cuando siente que esta por perder a la gente que quiere. Pensando y pensando encontré el momento justo para decirles a mis amigos que me iba en dos meses. Se haría la fiesta del colegio y ese seria el mejor momento para comunicarles la verdad, yo los quería disfrutar tal como son y no teniéndome lastima.

Por lo pronto, comencé a planificar unas mini vacaciones junto a mis amigos, iríamos de campamento y así fue. El primer día fue un caos, no podíamos armar la carpas y la comida se nos pego, los chicos estaban enojados y tristes pero yo quise guardar ese día como un inolvidable recuerdo, ellos no comprendían por que yo me reía de lo que sucedía, realmente ese problema era tan intransigente al lado de la triste noticia que les tenia que dar, que no valía la pena gastar mis energías en enojarme, como pude, les levante el animo y con voluntad y colaboración mutua armamos las carpas y volvimos a hacer nuevamente la comida, y no fue una delicia pero estaba pasable.

Al otro día organizamos carreras de natación en el río, Juan fue quien ganó, a él lo conocí cuando ambos ingresamos al jardín, es el más inteligente del grupo, siempre estuvo atrás de Micaela, ella es mi mejor amiga, la conocimos cuando ingreso en cuarto grado. Ella y yo compartimos muchas cosas juntas, no puedo olvidar el día que falleció su padre, recuerdo su llanto inconsolable y yo junto con los chicos le devolvimos la sonrisa. Como iba a hacer yo para poder vivir sin ellos, nunca imagine que esto me pudiera pasar a mí. En cambio a Tania le pasaba siempre, los padres son gitanos y ella va de pueblo en pueblo, pero desde hace un año, su familia se quedó en el pueblo y cada vez que se iba yo le decía que no era tan grabe, que nos iba a volver a ver, como hago para entender eso yo, que difícil es todo para mi después de la decisión de mis padres.

Final del campamento y alrededor de una fogata como era de costumbre cantábamos, tomábamos mate y nos quedábamos despiertos hasta que el fuego se apagaba.

Cuando llegué a mi casa, las cajas llenas de adornitos tazas etc. invadían mi cuarto, hice el ultimo intento a ver si se arrepentían, pero no, la decisión estaba tomada. No tuve más remedio que comenzar a guardar mis cosas.

Los días pasaban y yo intentaba disfrutar al máximo a mis amigos, las chicas notaban algo raro en mi, ellas sospechaban que algo me pasaba y recuerdo un día cuando era muy chiquita cuando mi mamá no había podido ir a mi fiestita de sala de jardín y las chicas se habían dado cuenta de que estaba triste y se acerco Lula y me dijo que ella me prestaba a su mamá. Nuestro grupo de amigos siempre fue muy solidario.

Ya se acercaba la fecha de la fiesta y yo andaba con los preparativos, cuando de repente se acerca Sebastián y veo que las chicas se van me puse re nerviosa, Seba siempre fue amigo nuestro, pero en séptimo grado se había puesto de novio con una chica más grande que él y se había alejado de nosotros, pero a mi en ese entonces ya me había comenzado a gustar y con el tiempo comprendí que lo que yo sentía era algo más fuerte que una amistad. En ese momento, me puse tensa, él se acerco y me dijo que sabía lo de mi mudanza y que le apenaba mucho, yo lo tome de un brazo y lo saque del gimnasio, le pedí absoluto silencio y le conté toda la verdad. Creo que desde ese día me sentí un poquito mejor, por lo menos lo había podido hablar con alguien, cuando digo toda la verdad es toda la verdad, también le confesé mis sentimientos hacia él con el tiempo comprendí que él no sentía lo mismo, pero por algún motivo que desconozco en ese momento me dio un beso y comenzamos a disfrutar un sueño que comenzaría ese día y terminaría con un profundo abrazo en la terminal de micros, aquel día que deje mi ciudad en busca de nuevas vivencias.

La fiesta fue el escenario perfecto para anunciar a mis amigos lo de mi partida, nadie lo podía creer, a todos les parecía mentira que en un mes yo me alejaría de sus vidas.

Durante ese mes recordamos todo lo felices que fuimos desde que nos conocimos.

Parecía mentira que cada vez que recordábamos algo lindo, por otro lado llorábamos, y así transcurrieron todos nuestros días hasta aquel día por la mañana temprano , aquel día que mire por ultima vez mi pueblo y a mis amigos aquel día que jamás podré borrar de mi mente, nunca imagine lo que podía pasarme en Capital , pero eso es algo que contare más adelante, mejor sigo hablando de aquel triste día, cuando subí al micro y vi la cara de mis amigos y de Sebastián. Comencé a llorar, fue el llanto más largo de toda mi vida, estuve llorando hasta que llegue a Capital. Finalizado el viaje ya comencé a extrañar a todos los chicos y sobre todo las mateadas de la tarde. Mientras iba en el taxi me pase mirando el paisaje y a la gente, cuando llegue a la nueva casa todo me parecía feo y nada me conformaba.

Cuando hacía un mes que estaba en Capital mi hermano Tino comenzó a jugar en un club de fútbol San Lorenzo de Almagro y allí fue donde conocí el amor verdadero, claro esto sucedió después de dos años, Martín era su nombre. Juntos paseamos como dos enamorados y es verdad que el tiempo cura todo, por lo menos eso es lo que me pasó a mi, claro que nunca me pude olvidar de mi gente con la que compartí momentos tan lindos, pero Martín era especial. Él era el amor, la comprensión, él le daba sentido a mi vida, era mi refugio ante cualquier problema, éramos realmente felices, hasta que una mañana, me citó en el club, debía decirme algo muy importante. Le habían propuesto jugar en un club de España y se tendría que ir a fin de año, yo no podía creer, lo poco que duraba la felicidad en mi vida, era increíble, cuando me había repuesto de mi alejamiento del pueblo, ahora me tendría que alejar de la persona que yo amaba, pero él no solo me quería compartir conmigo esta noticia, sino que quería proponerme que me valla con él a España. Otra decisión difícil, pero esta vez la responsabilidad era mía y solo allí entendí la posición de mi padre cuando debió tomar la decisión de mudarse, él sabía que era lo mejor para todos nosotros y ahora me tocaba a mi decidir que era lo mejor para mi, se notaba que ya había crecido, es que el tiempo paso tan rápido que ni cuenta me había dado, ya no era una nena, ahora tenía que buscar mi camino y el comienzo de el, estaba en aquella respuesta que yo le debía dar a Martín. Él nunca me presionó para que yo viajara ni para que me decidiera rápido, sabía que no era fácil para mí tener que alejarme de mi familia. Me llevo muchos días tomar la decisión.

Hoy Martín es mi marido, así que se pueden imaginar cual fue mi respuesta, sí, hoy vivo en España, y hace muchos años que no vuelvo a la Argentina tengo hijos y eso complica un poco la visita. Pero hoy, día de mi cumpleaños, Martín dejo un sobre en la mesita de luz que decía Feliz Cumple, prepara las valijas, esta tarde viajamos a la Argentina junto con Julieta y Mariano, yo no lo podía creer, volver a reencontrarme con aquellos paisajes que jamás puedo dejar de recordar, aquellos que me vieron crecer, aquellos que llore con la decisión de mi padre, no entraba en razones y lo único que atine a hacer fue la valija, como me lo había pedido mi marido. Y era increíble pero esa misma tarde partimos al lugar de mis sueños. Al llegar, fuimos a visitar a nuestras familias y después lo primero que hicimos fue ir a Bahía Blanca, y mientras le explicaba a mis hijos el significado de cada lugar, me iba dando cuenta que nada había cambiado todo estaba como la última vez que lo vi, aquel día que tuve que partir. De pronto me pregunte si quedaba alguien de aquellos viejos amigos, y al dirijirme donde había sido por muchos años mi hogar, pude ver a Micaela y a Juan, corrí hacía donde ellos estaban y Micaela me reconoció enseguida nos hundimos en un profundo abrazo, al igual que me pasó con Juan, ellos se habían casado al poco tiempo que yo me había marchado a España, me contaron que el año de mi partida a Capital, Tania se había ido con su familia a otro pueblo y que nunca supieron más de ella, y mientras charlábamos y tomábamos mate, se acerca un hombre con dos chicos de la mano, al principio no lo reconocí era un hombre joven , pero rengueaba y se lo notaba demacrado, pasó junto a nosotros saludo a los chicos y cuando ya se había alejado unas cuadras Juan rompió el silenció con una pregunta que yo no supe responder, “¿no lo reconoces? Y la verdad era que ni me podía imaginar quien era, la sorpresa me la lleve después, cuando Micaela me dijo que era Sebastián, no lo podía creer, claro la última vez que lo vi fue aquel día en la estación, Juan corto mis recuerdos y me contó que Sebastián finalmente se había casado con aquella chica de la que realmente estuvo enamorado, aquella que en un momento llegue a odiar y no por ser mucho más grande que yo sino por tener el amor de Seba, me contaron también que tuvieron dos hijos que supongo eran aquellos que iban de su mano, lo que nunca pude imaginar fue lo que Juan me dijo después, Sebastián y su mujer debían ir a un congreso en Capital, y un loco que iba manejando ebrio en la ruta, los choco de frente, la esposa murió en el instante, y el estuvo mucho tiempo en una silla de ruedas y finalmente después de muchos tratamientos logro volver a caminar, él se encarga de cuidar a sus hijos pero jamás se lo volvió a ver al lado de una mujer, dicen en el pueblo que la única razón es que el amó a su mujer con todo su corazón y nunca pudo recuperarse de su perdida. Le pedí a Micaela la dirección de Sebastián, y me dirigí a su casa, cuando abrió la puerta le llevo un poco de tiempo reconocerme pero finalmente lo hizo, me invito a pasar y me presento a sus hijos realmente había hecho un buen trabajo educándolos. Estuvimos horas hablando y no se si de algo le sirvió que yo lo escuchara pero por lo menos se pudo desahogar.

Finalmente llego el día de partir nuevamente, y dándole una ultima mirada al pueblo veo una chica de aproximadamente 16 años llorando en el umbral de su casa, me acerco a preguntarle que le sucedía y me respondió que su familia se mudaría a la Capital, por un momento recordé aquel triste día, pero también recordé la felicidad que tuve después y la que sigo teniendo y le di mi consejo “no importa el lugar físico, la felicidad no sabe de eso. Mientras nunca te olvides de los momentos que viviste acá, es suficiente para alcanzar la felicidad en cualquier lado” con esa frase logre tranquilizarla, igual sabía que en ese momento no me iba a poder comprender, pero lo llevaría grabado por siempre en su memoria.

De repente siento una voz que me dice “antes de que te vallas quiero que te lleves esto” y me da una foto, pero no es una foto cualquiera, es la foto de aquel festival en el colegio, es la foto de mis amigos, de mi pueblo es una partecita de mi vida, Sebastián la había concerbado, sabía que algún día volvería y era su misión dármela, finalmente me despedí de todos y emprendí el viaje a España.

Hoy a cinco años de este hecho, recuerdo a Bahía Blanca y a su gente como uno de los mejores regalos que Dios me pudo dar. El otro, es la familia hermosa que tengo, soy una mujer agradecida, puede que si mi papá no tomaba esa decisión aquel día, los destinos de todos serían distintos, pero yo le agradezco por haber decidido por mi también, porque gracias a esa decisión, soy la persona más feliz del mundo, porque gracias a esa decisión pude conocer el amor. Gracias papí por hacer tuya aquella decisión.


FIN

LUCIANA MAURO

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Lu!! gracias por dedicarme este cuento, que por cierto me encantó. Nunca nos lo habías leído, pero es una linda historia. Después si querés arreglamos por el tema de la corrección de errores jiji(era un chiste) te quiero muto muto.

Anónimo dijo...

Hola Lu cómo va? me encanto la historia!! me parecío super real, porque se que a muchas personas les ha pasado.
Bueno espero que sigas escribiendo así.
Te kiero mucho!!!

Rochies dijo...

LU, ya se lo dije por otra vía "las partidas duelen" aunque se trate de nuevos comienzos.
Hay gente que puede mirar siempre de cara al futuro sin miedo y pensando que lo mejor está por llegar y otros que no soltamos un carajo pensando que tal vez jamas podremos olvidar, cambiar.
¿Mirar con la nuca o con la frente? Será el karma a desentrañar...
Es hermoso cuando uno descubre que todo tuvo un porque y que no se trató de simple azar...