25 noviembre 2009

VIAJE AL CIELO

Muy buenas a todos!!!! En esta ocación mi posteo se trata de un viaje inesperado, a un lugar al que muchos queremos llegar y muchas veces tenemos ganas de espiar para charlar con algunas personitas que marcaron nuestra vida y reciden allí.
Espero que lo disfruten y utilicen su imaginación
Saludos


LuluZiña



VIAJE AL CIELO

No sabia donde estaba, era raro el ambiente pero sentía una paz inexplicable, no se podía vislumbrar aquel lugar. Veía todo nublado, cerré y abrí mis ojos varias veces para asegurarme que no fuera momentáneo aquel estado pero todo seguía igual.
Logre descubrir una figura sentada, me fui acercando temerosa. Distinguí un banco de plaza y allí un hombre, por un momento creí que se trataba de un desconocido pero cuando mis ojos volvieron a ver claro, me di cuenta que lo conocía. Aun joven como la última vez que lo había visto. Yo era mayor a pesar de que él me llevase cinco años.
Cuanto tiempo espere ese momento, en la tierra no había tenido una oportunidad como esta, no pensaba desaprovecharla.
Me acerqué a su lado y pensé que no me iba a reconocer, me equivoque. Giró su cabeza con un movimiento muy delicado como era su costumbre, clavo su mirada en mí por unos instantes y luego bajo la bajo, volviendo a su posición inicial. Mirábamos al frente como si tuviéramos miedo de no sé qué, porque el tiempo había pasado y ambos cargábamos con culpas.
Sentí muchas ganas de tomar su mano pero me reprimí porque no era el momento de confundir las cosas.
El silencio manejaba la situación y harta de permitir esto, me dirigí a él con voz temblorosa, casi inexistente
- Te extrañe, pensé que jamás iba a volverte a ver.
Su respiración se acelero y la respuesta tardó en llegar.
- Yo también pensé que jamás iba a volver a ver a alguien, es extraño que seas vos. Dijo manteniendo una tonalidad apaciguadora.
No esperaba esa reacción de su parte, quizás una palabra de cariño, pero no, estaba asombrado de que fuera yo la que estaba allí.
A decir verdad yo tampoco sabía porque había sido la elegida para hacer semejante visita. No quedaban dudas estaba en el cielo.
Tenía mil cosas para preguntarle a Dios pero eso sería en otro momento, aun no teníamos que arreglar cuentas pendientes con el de arriba.
Comprendí, que si estaba allí era porque tenía algo que solucionar con Tini.
Volví a hablarle pero esta vez con firmeza.
- Creo que hay muchas cosas que aclarar, y no me refiero a tu decisión que si bien no comparto, tampoco juzgo
Ya abandonando sus movimientos delicados y con ese típico gesto de achinar sus ojos cuando está pensando, y después del eterno espacio que hizo me contesto.
- Quizás deba pedir perdón, pero también pude observar que no fue en vano mi partida, todos aprendieron algo con mi ausencia. La vida sin mí, si bien fue difícil, hizo que cada uno luche por sus sueños, cambiaran sus defectos.
- ¿Hace falta sufrir tanto para aprender?
- Siempre sufrimos cuando crecemos, así es la vida, de eso se trata.
- No se si estoy tan de acuerdo, perder a la persona que uno quiere deja una huella imposible de borrar. Pero no busquemos explicaciones a lo que ya no tiene sentido.
Y así finalice nuestra conversación.
Me invitó a caminar, y fui descubriendo paisajes memorables que no podría describir porque no tengo con que compararlo.
No importaba que había sucedido hacia nueve años atrás, allí todo estaba borrado. No había muerte, vida, como nunca la conocí, vida en todo sentido.
No pude evitar mirarlo, lo veía joven, allí no había espejos y en mi interior me sentía con diecisiete otra vez.
Charlamos mucho de varias cosas, hasta tuvimos tiempo de hablar de fútbol en definitiva había sido nuestro punto de unión.
La nostalgia, la gran colada del paseo y los recuerdos, nuestro tesoro guardado celosamente.
Llegamos hasta un reloj de arena gigante, marcaba el paso del tiempo, el más ingrato del camino.
Se terminaba, una vez más el adiós se interponía entre ambos. Quise saber algo antes de marchar.
- ¿Vos eras el amor? ¿será que ya no tengo oportunidades?
Negó con una tímida sonrisa ambas preguntas.
- Sos tan inocente aun que me seguís sorprendiendo, yo fui un amor, uno de los tantos que siente una adolescente. Pero parada frente a mí tengo a una mujer, que busca algo muy diferente a lo que soñaba en aquellos años.
Me había dejado sin palabras, volví a mi realidad y me vi mayor al lado de aquel adolescente de veintiún años. Los hechos marcaban el camino a la normalidad.
Los últimos granos de arena iban cayendo, me despedí de él pero esta vez lo abrace muy fuerte y le dije que lo echaba de menos.
Comencé a caminar por donde vine y no voltee porque sabía que no iba a ser fuerte, ya estaba llorando y corría el peligro de sentir la necesidad de quedarme allí.
Volví a pasar por la puerta de Dios, el temor no me permitió golpear tan sólo deje una notita agradeciéndole el permitirme despedir a Tini como no había podido hacerlo en aquel entonces. Por suerte en el cielo también hay papel y lápiz.

19 noviembre 2009

EL ABANDONO

Hola a todos!!!!!!!!!!!!! Una vez más nos encontramos en este espacio que es tan especial para mi y que me encanta compartir con todos ustedes.

Hace mucho que no publico pero gracias a los diversos comentarios que eh recibido me decidí a retomar.

Los espero todas las semanas con una entrega nueva. Ojala disfruten esto tanto como yo.

En esta ocación un cuento realizado en el taller con frases extraidas del cuento Emma Zunz de Borges.








EL ABANDONO

Los hechos estaban consumados, ya había empezado a vislumbrarlos, tal vez ya era la que sería.
Había partido dejando a sus dos hijos y al hombre que supuestamente amaba.
Era vísperas de la Pascua, era un acto de soberbia y en aquel día. Pero ella necesitaba sentirse libre. No importaron los sentimientos ni el que dirán como así tampoco importó la huella profunda que dejaría en aquellos pequeños que fueron deseados y adorados.
Una simple discusión desencadenó una serie de sentimientos desencontrados, derivaba de ese hecho ínfimo, un sentimiento de poder, había descubierto que en sus manos tenía el desenlace de todas aquellas historias. Caminó sola por las oscuras calles sin sentir temor. Llegó a la estación, sacó un pasaje casi sin pensar pero consiente que no tenía retorno.
Un atributo de lo infernal es la irrealidad que parecía apoderarse de su voluntad.
El micro partió dejando atrás las luces de la ciudad, clavó su mirada en la ventanilla queriendo ver a través de la oscuridad. Repasó una vez más los hechos, no parece consecutivas las partes que los forman. Recordó unas vacaciones cuando aún eran novios, saltó al nacimiento de su segundo hijo, pasando por sus sentimientos de soledad para llegar a la inocente pelea final.
Durmió un par de horas y despertó con sentimiento de culpa pero sin arrepentimiento alguno.
Su destino estaba cerca y el sol asomaba para marcarle el nuevo camino.
Ni ella sabía cuánto duraría esta aventura, quizás sólo un par de semanas o tal vez para toda la vida.