Muy buenas a todos. En esta ocación quiero dejarles un ensayo sobre tres exelentes textos de Cela, Eloy Martinez y García Márquez.
Ambos tuvieron sus comienzos en el periodismo, y opinan a cerca de la nueva camada de profesionales, cuales son los pasos a seguir para ser un buen periodista y en que se relacionan el genero literario y el periodismo.
Espero les guste. Buena semana para todos.
LuluZiña
Choque contra la realidad
¿Como ser un buen periodista y no morir en el intento? García Márquez, Camilo José Cela y Tomas Eloy Martínez, hacen un recorrido sobre la vocación de ser periodista.
Antes de que el periodismo adquiriera nivel universitario, la profesión se forjaba en las redacciones. Los más viejos, enseñaban a los jóvenes. Se trataba, no sólo de un grupo de trabajo, sino de un grupo de amigos; donde el grabador no existía y la libreta era la mejor aliada a la hora de recopilar información.
Hoy en día, los jóvenes que recién salen de la facultad y pretenden escribir sus primeras notas, se ven envueltos en un maremoto de dudas. Tantos años de estudio para sentarse por fin frente a la PC y que la mente se ponga en blanco. Tic tac, tic tac, el tiempo corre, y es allí, donde se dan cuenta, que no tienen las armas suficientes como para comenzar a generar una “noticia, tal como sucedió en la realidad, para que el lector la conozca como si hubiera estado en el lugar de los hechos”.
Faltan instrumentos, herramientas para salir al ruedo.
Camilo José Cela, llamó dodecálogo a una serie de consejos infalibles para el periodista de hoy en día, y coincide con sus dos colegas García Márquez y Tomas Eloy Martínez, en que la verdad es lo único que se debe comunicar y para tal caso hay que ser objetivo, dejando los pensamientos viscerales de lado.
Me pregunto como hacer mi ensayo para el día lunes, reacciono y caigo en la cuenta, que soy una más de estos seudo periodistas que ya recibidos, todavía no saben como enfrentar la realidad.
Que hoy en día un diario tenga éxito en ejemplares vendidos, no sólo depende del medio al que pertenezca, sino a los periodistas que en el trabajan.
Cómo transmitir esa verdad al lector, es un nuevo desafío.
La narración y el periodismo van de la mano. Un buen periodista no debe perder jamás la costumbre de leer. La literatura enriquece el léxico y permite que a la hora de transmitir una información, que ya esta trillada por la televisión y la radio, y que poco le queda por hacer a la prensa escrita, sea un verdadero éxito.
Aunque parezca que ya todo esta dicho y contado, aparece otra forma de relatar los hechos. ¿Por qué no probar con un testimonio de vida, que se asemeje a lo que muchos otros pasaron? ¿Por qué morir siempre en las cinco W?
La renovación a la hora de escribir una nota, hace destacar al medio y al periodista.
Pero hay que tener sumo cuidado, no se debe caer en la deformación de la información, porque estaríamos faltando a nuestra obligación de hacernos eco de la realidad.
Debo darle un final a este ensayo, y nada mejor que las palabras de Cela cuando cita a Unamuno y dice: “… con la cabeza serena, el corazón enamorado y la mano dadivosa. De esta manera el hombre, ante el papel escrito, leerá lo que otro hombre escribió para ser leído”.
¿Como ser un buen periodista y no morir en el intento? García Márquez, Camilo José Cela y Tomas Eloy Martínez, hacen un recorrido sobre la vocación de ser periodista.
Antes de que el periodismo adquiriera nivel universitario, la profesión se forjaba en las redacciones. Los más viejos, enseñaban a los jóvenes. Se trataba, no sólo de un grupo de trabajo, sino de un grupo de amigos; donde el grabador no existía y la libreta era la mejor aliada a la hora de recopilar información.
Hoy en día, los jóvenes que recién salen de la facultad y pretenden escribir sus primeras notas, se ven envueltos en un maremoto de dudas. Tantos años de estudio para sentarse por fin frente a la PC y que la mente se ponga en blanco. Tic tac, tic tac, el tiempo corre, y es allí, donde se dan cuenta, que no tienen las armas suficientes como para comenzar a generar una “noticia, tal como sucedió en la realidad, para que el lector la conozca como si hubiera estado en el lugar de los hechos”.
Faltan instrumentos, herramientas para salir al ruedo.
Camilo José Cela, llamó dodecálogo a una serie de consejos infalibles para el periodista de hoy en día, y coincide con sus dos colegas García Márquez y Tomas Eloy Martínez, en que la verdad es lo único que se debe comunicar y para tal caso hay que ser objetivo, dejando los pensamientos viscerales de lado.
Me pregunto como hacer mi ensayo para el día lunes, reacciono y caigo en la cuenta, que soy una más de estos seudo periodistas que ya recibidos, todavía no saben como enfrentar la realidad.
Que hoy en día un diario tenga éxito en ejemplares vendidos, no sólo depende del medio al que pertenezca, sino a los periodistas que en el trabajan.
Cómo transmitir esa verdad al lector, es un nuevo desafío.
La narración y el periodismo van de la mano. Un buen periodista no debe perder jamás la costumbre de leer. La literatura enriquece el léxico y permite que a la hora de transmitir una información, que ya esta trillada por la televisión y la radio, y que poco le queda por hacer a la prensa escrita, sea un verdadero éxito.
Aunque parezca que ya todo esta dicho y contado, aparece otra forma de relatar los hechos. ¿Por qué no probar con un testimonio de vida, que se asemeje a lo que muchos otros pasaron? ¿Por qué morir siempre en las cinco W?
La renovación a la hora de escribir una nota, hace destacar al medio y al periodista.
Pero hay que tener sumo cuidado, no se debe caer en la deformación de la información, porque estaríamos faltando a nuestra obligación de hacernos eco de la realidad.
Debo darle un final a este ensayo, y nada mejor que las palabras de Cela cuando cita a Unamuno y dice: “… con la cabeza serena, el corazón enamorado y la mano dadivosa. De esta manera el hombre, ante el papel escrito, leerá lo que otro hombre escribió para ser leído”.
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RECOMENDADO
CINE
ELSA & FRED
"LLEVA TIEMPO LLEGAR A SER JOVEN"
Elsa &Fred es una historia de amor tardío. Una historia de dos vidas que al final del camino descubren que nunca es tarde para amar… ni para soñar.
Elsa tiene 82 años, de los cuales 60 vivió soñando un momento que ya había sido soñado por Fellini: la escena de La Dolce Vita en la Fontana di Trevi. Igual, pero sin Anita Ekberg sino ella. Sin Marcello Mastroiani, sino con ese amor que tardó tanto tiempo en aparecer.
Alfredo es un poco más joven que Elsa y siempre fue un hombre de bien que cumplió con su deber. Al quedar viudo, desconcertado y angustiado por la ausencia de su mujer, su hija le insta a mudarse a un apartamento más pequeño donde conoce a Elsa. A partir de este momento, todo se transforma.
Elsa tiene 82 años, de los cuales 60 vivió soñando un momento que ya había sido soñado por Fellini: la escena de La Dolce Vita en la Fontana di Trevi. Igual, pero sin Anita Ekberg sino ella. Sin Marcello Mastroiani, sino con ese amor que tardó tanto tiempo en aparecer.
Alfredo es un poco más joven que Elsa y siempre fue un hombre de bien que cumplió con su deber. Al quedar viudo, desconcertado y angustiado por la ausencia de su mujer, su hija le insta a mudarse a un apartamento más pequeño donde conoce a Elsa. A partir de este momento, todo se transforma.
Elsa irrumpe en su vida como un torbellino dispuesta a demostrarle que el tiempo que le queda de vida – mucho o poco – es precioso y puede disfrutarlo como le plazca. Fred se deja llevar por el vértigo de Elsa, por su juventud, por su intrepidez, por su hermosa locura. Es así como Alfredo (o Fred como le llama Elsa), aprende a vivir.
1 comentario:
AMIGAAA!!! Me encanto tu ensayo y la verdad que cada dia estoy MAS ORGULLOSA DE VOS, sos una periodista innata!!!!
Te FELICITOOOOO.
Te quiero mcuhooo.
Besos
Verito
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