17 enero 2010

DEMASIADO TARDE PARA DECIR TE AMO



Demasiado tarde para decir te amo (PARTE I)

Mi nombre es Angelina Pereyra Rocha, trabajo de periodista en Enamórate, una revista del corazón que narra historias de amor verídicas. Cada semana salgo de la redacción en busca de nuevas experiencias para luego llegar frente a mi PC y comenzar a transmitir una fantástica historia.
Unos meses atrás, viaje a Santa Fe en busca de alguna anécdota que salvara mi vida, porque de seguro si no encontraba un relato lo suficientemente interesante y en breve, mi jefa le daría mi puesto a la larga lista de periodistas que querían ocupar mi lugar.
La inundación era el panorama que encontré allí, pero a mi no me importaba, estaba convencida que en ese lugar iba a encontrar una historia que me lanzaría a la fama. En medio de la desesperación y el desconsuelo, intentaba que la gente me contara su experiencia de vida, pero nadie me prestaba atención y era lógico a ¿quien se le ocurre en medio de la desgracia buscar el amor?
Un muchacho que tendría unos 24 años se me acerco, pensé que me sacaría del lugar porque estaba estorbando; pero no. Él necesitaba contarme una historia, me adelanto que quizás no me serviría, pero lo vi tan necesitado de un oído que lo escuche, que decidí proseguir y dejar que se desahogara, total nada había encontrado, historia de amor o no que importaba en ese momento.
Le pedí su nombre, se rehusaba a dármelo y con un tono violento, me dejo optar por escuchar sin preguntar o que todo llegara a su fin antes de comenzar. Lo deje proseguir sin hacer interrogatorios, ese no era mi estilo, pero ya estaba al límite. Se remonto a cuatro años atrás cuando apenas era un muchacho de 20 que dejaba de ser adolescente para convertirse en un hombre. Comenzó a hablarme de una mujer, Penélope, al principio pensé que me estaba tomando el pelo, pero luego vislumbre que no me mentía, sus ojos me hablaban con sinceridad. Por la manera que describía a Penélope supuse que era una persona a la cual amaba y decidí encender mi grabador, no quería perderme ningún detalle.
- La conocí por casualidad, en la facultad, sin embargo parecía que habíamos estado juntos toda la vida. Primero fuimos compañeros, no compartíamos la misma comisión pero durante los pequeños recesos, comenzamos a forjar una amistad que cada día se volvía más fuerte. Compartíamos salida, alegrías y angustias.
Su relato se vio interrumpido, debíamos ir a rescatar a una anciana que se encontraba en el techo de su vivienda, él se fue, yo rebobiné para escuchar nuevamente su relato, pero inmediatamente una señora que pertenecía a una entidad que estaba organizando la ayuda del centro de refugiados, me pidió colaboración para comenzar a preparar el almuerzo para un número incalculable de personas. Accedí rápidamente, recordé mis días en los Scout. El trabajo era extenuante, cada media hora llegaban familias con niños muy pequeños pidiendo refugio. Entre evacuados y autoevacuados superamos las cuatrocientas personas en aquel colegio que había abierto sus puertas a los inundados.
Él regresó a mi encuentro, pero se sentía demasiado cansado para continuar con su historia, estaba empapado, rápidamente conseguí ropa para que se pudiera cambiar, le serví una taza de café caliente, no dejaba de temblar y por primera vez desde mi llegada comprendí donde me había metido y mis lágrimas me traicionaron cuando comenzaron a rodar por mis mejillas. Me aparte, necesitaba estar sola, replantear un montón de cosas. Había ido allí en busca de una historia que me lleve a la fama sin darme cuenta que en aquél lugar necesitaban de mi ayuda y cariño.
Dejé la nota de lado y llame a la redacción para pedirle los días de vacaciones que me debían. La decisión estaba tomada, me iba a quedar en Santa Fe para volver a creer en mis convicciones y ponerme manos a la obra.
El extraño muchacho se me acerco a la mañana siguiente y sólo me dijo Julián, puso en mis manos dos bolsas que contenían pan para preparar los desayunos.
Julián, así se llamaba aquel hombre misterios, él había confiado en mí con todo el sentido que tiene esa palabra.
Yo intentaba hacer de todo un poco, jugaba con los pequeños, conversaba con las mujeres, y hasta tuve que sentarme a comunicar a algunas familias el fallecimiento de un ser querido. Una noche, la más fría desde mi llegada, Julián se acerco hasta el lugarcito donde yo me retiraba a pensar y descansar un poco. Traía entre sus manos una taza de chocolate caliente, y sin que yo le pidiera nada prosiguió contando su historia.....




CONTINUARA....

10 comentarios:

Xiomara dijo...

A ¿quién se le ocurre en medio de la desgracia buscar el amor?....pues en medio de la desgracia siempre surgen historias de amor no siempre del amor de pareja …pero si el amor que se revela surgiendo como aurora en medio de la oscuridad …te dice el que ”con Penélope compartíamos salida, alegrías y angustias” …pero también es amor que tu hayas dejado todo por ayudar el necesitado y a su vez” A ti te traía entre sus manos una taza de chocolate caliente, y sin que yo le pidiera nada” …hay muchas historias de amor en tu relato …vendré a leer como continua …besos Princesa

Anónimo dijo...

Parece que esto inicia bien...

Un placer leerte.
Saludos.

TORO SALVAJE dijo...

A ver como sigue, de momento pinta bien.

Besos.

Mercedes Pinto dijo...

Muy bonito texto; ibas buscando una historia de amor en un lugar lleno de dolor y la encontraste, ya lo creo que la encontraste, de un tinte distinto, pero la encontraste. Esperaremos a saber qué te contó Julián en Sante Fe.
Un abrazo.

Rochies dijo...

Nunca de un viaje se vuelve igual.
Recuerdo haberlos hecho siempre con cuadernito a cuestas. La misiva era que nada se escapase, un registro total de todo.
Calculo que se volvió con más de una historia.
Lo feo es esa presión. ¿Cuándo la inspiración no aparecía la sujetita no tenía nada "anterior" por reciclar ? :P
No la voy a presionar a Ud LULU como ud lo hace con Chinaski ;)
Tomese su tiempo :o

Alís dijo...

Vine a conocerte y me encontré con una historia que promete. Volveré para ver como sigue. Gracias por visitarme y conducirme hasta ti.
Un beso

Dejame que te cuente dijo...

uy....nos quedamos en ascuas...
esperaremos al segunda aprte...


saludos...¡¡¡

Camaleona dijo...

Qué valiente ir a buscar una historia de amor justo en el momento y el lugar donde más AMOR se necesita...

H. Chinaski dijo...

Metes dos historias en una.
La de las inundaciones, recuerda tristemente a los acontecimientos actuales y a la labor de la gente que ayuda desinteresadamente.
La historia de amor, quizás sea pronto para opinar, pero me da que la reportera se va a ver implicada en la historia del muchacho.

Besos Luluziña

Merce dijo...

Estuvo muy bueno, espero impaciente la continuacion, creo que te has ganado varios lectores ya!!