16 diciembre 2011

EN EL JARDÍN DE LAS ROSAS II


Se hizo una reunión para ver cómo nos repartíamos las tareas. Estábamos los mismos que en el velorio, o por lo menos la imagen era la misma.

Giré mi cabeza cuando sentí que alguien estaba a mi lado.

Quedé pasmada. Mi respiración se entrecortaba. Trataba de hablar por celular pero le era imposible.

Imposible era lo que estaba sucediendo. No podía ser. Seguramente la falta de sueño estaba produciéndome alucinaciones.

Cerré los ojos y los volví a abrir. Pero seguía allí. Reconocí su ropa. No podía ser verdad. Observé al resto. Parecían no darse cuenta de lo que sucedía.

No me moví. Intentaba no pensar que lo tenía a mi lado, mientras escuchaba el discurso absurdo que estaba dando parte del directorio.

- ¿Qué le pasa a este celular que no me puedo comunicar con nadie? ¿y esta reunión sin sentido que significa? – preguntó dirigiéndose a mí.

- Eh , eh… - no sabía que decirle. Me estaba volviendo loca sin embargo ahí estaba, a mi lado y hablándome.

No podía ser verdad.

- ¿Qué te pasa? ¿desde cuándo titubeas?

- No… no estoy titubeando. Porque mejor no nos vamos, no creo que sea para nosotros esta reunión – argumenté alejándolo de aquel lugar. Si de algo me había dado cuenta era de que él no sabía la verdad.

No sabía que había muerto.

Lo tomé del brazo y lo llevé hasta la calle.

Saludó a la vecina pero ella no le respondió.

Volviéndose a mí, dijo

- ¿Qué le pasa a todo el mundo? ¿nadie saluda hoy? – Y se fue caminando hacia la esquina mientras seguía intentando comunicarse por celular.

Yo no sabía como reaccionar. ¿Cómo podía ser que estuviera acá y que sólo me viese a mí?

Corrí a la esquina y lo llevé hasta el auto. Llamé a mi amiga y le dije lo que estaba sucediendo. Al principio no me creyó. Pero al verme tan convencida, me pidió que nos encontráramos en la confitería Splendid.

Martín se subió a su auto, pero pensé que era más prudente que manejara yo. Con cualquier excusa tomé el volante. Él me seguía hablando como si nada hubiera sucedido. Yo trataba de responderle lo más normal posible.

Finalmente llegamos a la confitería y bajamos los dos. Martín no estaba muy de acuerdo en acompañarme. Le pedí por favor que no me dejara sola, había vuelto a tener ataques de pánico, como hacía un par de años atrás.

Rosa estaba esperando en la mesa que se encuentra cerca del piano. Llegamos los dos. Era lógico, mi amiga no podía verlo. Martín se sentó a mi lado y pidió un café para él y un cortado mitad y mitad para mí. Tuve que volver a repetir el pedido y él se sorprendió. Pero siguió con el tema del celular.

- Contáme de que se trata esta locura de que ves a Martín.

- Bajá la voz , Rosa, te puede oír. Está al lado mío.

- Esto es demasiado ¿Llamaste a tu psicóloga?

- Si, claro. La llamé y le dije que veo gente muerta. Por Dios ¿en qué estas pensando? ¿querés que me internen?

- Me parece una locura todo esto.

- Ah, porque a mí no – dije en tono irónico.

- Bueno, ¿y qué vas a hacer?

- Y no sé. Por el momento nada. Él no sabe que está muerto y no creo conveniente decírselo.

- ¿Por qué no? Quien mejor que vos para darle la noticia. Tal vez por eso sos la única que lo puede ver.

- ¿Y si no lo acepta?

- Laura, por favor estamos hablando de alguien que está muerto. Esto es una locura me siento una idiota discutiendo sobre este tema como si fuese algo normal.

- Ya sé que no lo es. Pero qué hacer. Recién pude evadir sus preguntas pero ¿Por cuánto tiempo más?

- Este café esta frío – dijo Martín con cara de asco – voy a pedirle al mozo que me lo cambie.

- Dejá Martín, yo le digo quedate tranquilo.

- Qué atenta que estás hoy ¿qué te pasa? Me cambiaron a Lau – y rió con ganas.

Rosa no podía ayudarme demasiado. Debatimos un largo rato. Martín se impacientaba, nunca se podía quedar quieto más de una hora. De hecho dejó la plata de todo lo que habíamos consumido y se fue. Era imposible detenerlo.

5 comentarios:

Juan Carlos Celorio dijo...

Vengo de leer de seguido los dos capítulos y me quedo con la intriga, esperando los capítulos siguientes para vivir la historia.
Adelante, ánimo que esto tiene buena pinta.

MAJECARMU dijo...

Lau,recuerdo el comentario que te hice en el anterior capítulo...y veo que efectivamente sigue contigo,¡¡qué bueno...!!Ello significa que hay una gran sincronía entre este mundo y el otro...
Mi felicitación y mi abrazo grande,
FELIZ FIN DE SEMANA,AMIGA.
M.Jesús

Cecy dijo...

Se esta poniendo muy lindo esto. Me gusta, quiero saber mas, jaja que ansiosa.

Un abrazote!

Ricardo Miñana dijo...

Cada capítulo vas sembrando inquietudes.
estos días tan señalados deseo
pases unas felices navidades.
¡felices fiestas!.

Verónica dijo...

ES tan hermoso y es una invitación constante que atrapa y crea el deseo de continuar siendo parte de esta historia.